15 feb 2011

PARADOJAS DE ZENÓN DE ELEA

Las paradojas de Zenón de Elea son una serie de aporías para apoyar la doctrina de Parménides de que las sensaciones no son más que ilusiones, y con lo que intenta explicar que no existe el movimiento.
Las tres paradojas más conocidas de este filósofo griego son las siguientes:

AQUILES Y LA TORTUGA:
 Aquiles, un gran guerrero llamado el "pies ligero" decide salir a competir en una carrera contra una tortuga. Ya que corre mucho más rápido que la tortuga y seguro de sus posibilidades, le cede una gran ventaja inicial. Al darse la salida, Aquiles recorre la distancia que les separaba rápidamente, pero al llegar se da cuenta de que la tortuga no está ahí, sino que ha avanzado. Sigue corriendo, pero al llegar de nuevo a donde estaba la tortuga, ésta ha vuelto a avanzar.
Según lo anteriormente dicho, Aquiles no podrá ganar nunca la carrera, ya que para alcanzar a la tortuga, tendrá que recorrer un número infinito de puntos antes de alcanzarla.

LA DICOTOMÍA:
Esta paradoja es muy parecida a la anterior. Zenón se encuentra a ocho metros de un árbol. Llegado un momento, lanza una piedra, tratando de dar al árbol. La piedra antes de llegar al objetivo, primero ha de recorrer la mitad de la distancia que lo separa, es decir, los cuatro primeros metros. Después deberá recorrer esos cuatro metros restantes, pero para ello, de nuevo deberá recorrer la mitad de esa distancia. Según esta regla, siempre deberá recorrer la mitad de la distancia, por lo que la piedra nunca llegará al árbol.


LA PARADOJA DE LA FLECHA:
 
En esta paradoja, se lanza una flecha. En cada momento, la flecha está en una posición específica, y si ese momento es o suficientemente pequeño, la flecha no tiene tiempo para moverse, por lo que está en reposo durante ese instante. Ahora bien, durante los siguientes periodos de tiempo, la flecha también estará en reposo por el mismo motivo. De este modo, se puede llegar a la conclusión de que siempre está en reposo: el movimiento es imposible.



Estos son unos ejemplos, a través de los cuales Zenón intenta explicar que el movimiento físico no existe.